México y los apagones eléctricos, ¿problema sistémico o excepcional?
En la tarde del pasado 7 de mayo de 2024, se produjeron múltiples apagones en todo México. El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) informó que la causa fue el aumento de la demanda eléctrica, que aunada a la ola de calor y la falta de inversión en infraestructura, han creado una tormenta perfecta.
Los apagones afectaron a 21 estados de México y diversas ciudades, incluyendo Toluca, Ciudad de México, Pachuca, San Luis Potosí y Coahuila. El CENACE trabajó para restablecer la energía, y esta volvió a estar completamente operativa a las 11:00 p.m.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que las temperaturas en la Ciudad de México alcanzaron los 34 grados Celsius el 7 de mayo, una temperatura por encima del promedio para esta época del año. El martes el sistema se declaró en emergencia, así como el jueves de la misma semana. El resto de días hasta el sábado, el sistema se encontró en alerta y las afectaciones disminuyeron.
Para que el sistema opere con normalidad, las reservas de planeación del Sistema Interconectado Nacional (SIN) deben de ser del 13%. El martes, cuando se declaró el estado de emergencia, las reservas eran del 3% . Los cortes se realizan sistemáticamente para aliviar la red eléctrica y administrar el flujo de energía, de acuerdo a las elecciones remediales que dictan los niveles de reserva.
Un estudio encontró que la red y la generación eléctrica no están creciendo a la misma velocidad que la economía y el crecimiento de la población, y por lo tanto, la infraestructura está envejeciendo y no es objeto de una inversión adecuada. La red y la generación eléctrica necesitan un impulso de inversión para satisfacer la demanda futura. Sin dicha inversión, difícilmente puede mantenerse el crecimiento económico, sino todo lo contrario, lo inhibe.
De acuerdo a estimaciones del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación de México (Index), un apagón es capaz de generar pérdidas económicas de hasta 200 millones de dólares por hora, cuando estos interrumpen las actividades de empresas y esto se traduce en menores ingresos.
Los apagones pueden dañar equipos eléctricos en hogares y negocios, así como causar riesgos potenciales para la salud, ya que se interrumpe el funcionamiento del equipo médico y la refrigeración. Además, interrumpen el funcionamiento de estaciones de bombeo para el suministro de agua y provoca desabasto en las ciudades y para las funciones de riego.
Los apagones en México ponen de manifiesto la necesidad de que el país invierta tanto en su red eléctrica como en la generación. La infraestructura actual no es adecuada para satisfacer la creciente demanda de electricidad del país, y es susceptible de ser afectada ante el embate de los climas extremos. El gobierno y las empresas de electricidad deben trabajar juntos para modernizar la red eléctrica y garantizar que sea confiable y resistente.
Además de invertir en infraestructura, México también debería centrarse en el desarrollo de fuentes de energía renovables. Esto ayudaría a reducir la dependencia del país de los combustibles fósiles y haría que la red eléctrica sea más sostenible.