Heliocentrismo: el panorama para México.
En el post anterior, vimos que la transición energética hacia fuentes renovables no es una carrera de velocidad, sino un maratón. En esta competencia, algunos países lideran, otros se mantienen en el grupo puntero y algunos más quedan rezagados. México, debido a sus condiciones particulares, avanza a su propio ritmo, enfrentando desafíos únicos, pero, a pesar de todo, sigue en movimiento.
Algo que no será sorpresa para nadie, de acuerdo al informe, es que el sector eléctrico mexicano enfrenta desafíos únicos en la implementación una estrategia Heliocéntrica debido a su compleja situación política y energética. El país se encuentra en una encrucijada entre las tendencias globales hacia la descarbonización y las políticas internas que favorecen la generación convencional y el control estatal del sector energético.
La Realidad de la Transición Renovable en México
La participación de energías renovables en la generación eléctrica de México alcanzó el 26.5% en 2023. Sin embargo, el avance en el consumo total de energía ha sido limitado. Las políticas gubernamentales actuales han restringido la inversión privada en renovables, lo que ha ralentizado el crecimiento del sector. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) mantiene un papel predominante en la generación eléctrica, con una tendencia a favorecer los combustibles fósiles.
Otro reto en la integración de energías renovables es que la infraestructura de transmisión se encuentra envejecida y existe poca inversión en modernizarla. La intermitencia de la energía eólica y solar presenta retos para equilibrar la oferta con un almacenamiento limitado. El gobierno ha usado el argumento de la necesidad la generación por combustibles fósiles para mantener la estabilidad de la red.
México depende fuertemente del gas natural importado de Estados Unidos, con aproximadamente el 70% de la generación eléctrica basada en este combustible. Esta dependencia expone al país a la volatilidad del tipo de cambio y a posibles interrupciones en el suministro. Fitch Ratings prevé que esta dependencia continuará creciendo, impulsada por el aumento de la demanda y la producción nacional restringida.
Más si osare un extraño enemigo.
El nacionalismo energético ha impactado negativamente la inversión extranjera. La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, ha expresado preocupaciones sobre los cambios en las políticas energéticas de México y su consistencia con los compromisos del T-MEC. Los problemas de acceso a la red para productores privados de energía han sido otro obstáculo significativo para el crecimiento de las renovables.
Sumado a la reciente guerra comercial, existe preocupación que el gobierno de Estados Unidos presione a México para reducir sus importaciones de China, principal productor de paneles solares.
El Debate sobre Nuclear e Hidrógeno en México
México ha mostrado un avance limitado en este sector. La CFE prevé duplicar la capacidad de generación de energía eléctrica con tecnología nuclear hacia 2030, aumentando del 4% actual al 8% del total. Sin embargo, estos planes aún no se han materializado en proyectos concretos.
En cuanto al hidrógeno verde, México ha anunciado proyectos ambiciosos, como la planta de Tango Solar en Sinaloa, con una inversión proyectada de $1.172 millones de dólares. No obstante, estos proyectos siguen siendo especulativos y carecen de infraestructura a gran escala. La CFE y Pemex están considerando una asociación para desarrollar proyectos de hidrógeno verde, pero aún enfrentan desafíos como altos costos de producción y brechas regulatorias.
El mercado eléctrico mexicano se encuentra en una posición compleja frente a las tendencias globales de transición energética. Mientras que el potencial para energías renovables es alto, con una irradiación solar media anual de 6.36 kWh/m2 por día, lo qu está claro es que hay un rezago en el cumplimiento de las metas.
De acuerdo al informe de JPMorgan, para avanzar hacia una transición energética más efectiva, México debería considerar:
Revisar las políticas que restringen la inversión privada en renovables.
Invertir en la modernización de la red eléctrica para mejorar la integración de energías intermitentes.
Desarrollar una estrategia clara para reducir la dependencia del gas natural importado.
Explorar seriamente el potencial de la energía nuclear y el hidrógeno verde como complementos a las renovables.
Alinear las políticas energéticas con los compromisos internacionales y las tendencias globales de descarbonización.
Estas medidas podrían ayudar a México a aprovechar mejor su potencial renovable y a avanzar hacia un sistema eléctrico más sostenible y resiliente.
Así que recordando a Galileo Galilei vemos que la descarbonización del sistema eléctrico mundial y nacional enfrente retos importantes, su implementación ha tardado más de lo esperado, pero, sin embargo, se mueve.